jueves, 17 de diciembre de 2009

Comienzo del viaje

A las ocho de la mañana, en Santiago de Compostela, luego de los rigurosos saludos a conocidos, y de guardar las maletas, me acomodé en el asiento del autobús que había escogido, en el lugar de la ventanilla, así el viaje se me haría más llevadero. Pasaban cinco minutos de las ocho cuando el autobús se puso en marcha. Durante toda la mañana hicimos el recorrido por tierras gallegas, atravesando la llanura luguesa. Pasadas unas horas el estómago me empezaba a protestar. Al rato, paramos a desayunar en la capital de provincia en la cual pudimos echar un vistazo rápido a las históricas murallas.
Una vez realizada la rápida visita y saciado mi hambre con un buen almuerzo, el viaje prosiguió su marcha por la autovía. En pocos minutos ya habíamos abandonado Galicia, adentrándonos en la meseta castellana hasta llegar a Burgos en donde comimos, tomamos café, descansamos, y repusimos las fuerzas precisas para continuar con el viaje. Como no había tiempo para nada continuamos nuestro viaje con destino al hotel donde pasaríamos nuestra primera noche del viaje, hotel siuado en un pequeño pueblo de la Costa Brava catalana.

Desde la habitación de este acogedor hotel, os escribo estas líneas, esperando que en días posteriores podamos visitar un poco más los lugares ya que este primer día de transición ha sido muy agotador.

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